Las siglas ATM hacen referencia a la articulación temporomandibular. Tenemos una pareja de articulaciones temporomandibulares, situadas una a cada lado de la cabeza y a la altura de los oídos. La ATM actúa como una bisagra deslizante entre la mandíbula y el cráneo, permitiéndonos hablar, masticar y bostezar.

Los trastornos de la articulación temporomandibular, son alteraciones que causan dolor y disfunción en las articulaciones que controlan el movimiento de la mandíbula.

¿Cuáles son las causas de su aparición?

Aunque las causas no están bien definidas, sí se han identificado algunas situaciones:

  • Debido a una lesión en la mandíbula o en la articulación.
  • Por una mala oclusión o mordida.
  • Como consecuencia de un tratamiento de ortodoncia.
  • Por el desgaste del disco o el cartílago de la articulación.
  • Debido al bruxismo.

¿Cuáles son sus síntomas?

El síntoma más generalizado es el dolor en la zona afectada, pudiendo reflejarse en otras partes como:

  • Cara, mandíbula y cuello.
  • En ambos lados de la cabeza y en las orejas.
  • Movimiento mandibular limitado o bloqueado.
  • Rigidez en los músculos de la mandíbula.
  • Espasmos musculares alrededor de la mandíbula.
  • Dificultad o molestia para masticar.

¿Existe tratamiento?

Si. Se distinguen dos tipos: los tratamiento conservadores, como pueden ser las férulas de descarga o la fisioterapia; y los tratamientos quirúrgicos, utilizados cuando el tratamiento conservador no hace efecto. Para nosotros, el tratamiento conservador es muy importante para prevenir futuros casos de ATM agudos. Compartimos con vosotros algunos ejercicios y recomendaciones que podéis hacer en casa, y que os ayudarán a sobrellevar este síndrome:

  1. Calor local: nos ayudará a calmar la zona en momentos de dolor y molestia aguda.
  2. Reducir molestias de la mandíbula: abrir la boca lentamente (hasta donde duela), evitando que se desvíe la mandíbula a los lados. Sólo debe haber movimientos hacia delante y hacia atrás -no debería moverse hacia los lados. Repetir 10 veces.
  3. Mantener buena posición de descanso: cerrar la boca, mantener la lengua pegada al paladar y respirar por la nariz, posición natural de la mandíbula. La lengua debe quedar pegada al paladar, los dientes separados y los labios juntos. Esta postura debe utilizarse a diario.
  4. Relajar músculos faciales: colocar el puño bajo el mentón y empujar levemente hacia arriba. Después, abrir un poco la boca -más o menos un dedo de grosor-  manteniendo la presión hacia abajo durante 10 segundos. Por último, retira el puño y cierra la boca. Repetir 10 veces.
  5. Corrección del movimiento: colocar la lengua sobre el paladar. Ubicar los dedos en el mentón, el índice arriba y el pulgar abajo -puede hacerse con las dos manos-. Aplicar una ligera resistencia mientras abres y cierras la boca. Repetir 10 veces.
  6. Férula de descarga: es una de las mejores opciones ya que nos ayudará disminuir la tensión de la mandíbula y de los dientes, proteger las piezas dentales y modificar la oclusión, llevando la mandíbula a una posición articularmente correcta.