El tratamiento de implantes dentales en fumadores suele generar dudas debido a que el tabaco puede provocar diferentes complicaciones. 

Los implantes son la solución más común para aquellos casos en los que se ha producido la pérdida de una pieza dental. Un implante no es más que la unión de un tornillo, generalmente fabricado en titanio, con la superficie del hueso maxilar, sobre la que se asienta la dentadura. Sobre el implante se coloca posteriormente una corona, que es la que aporta la funcionalidad normal del diente.

Sin embargo, cuando se trata de pacientes que son fumadores, pueden existir problemas en este proceso. Fumar con implantes dentales no es lo más adecuado, ya que puede afectar de manera significativa la eficacia del procedimiento, provocando que éste resulte fallido.

Por ello vamos a dar respuesta a 6 preguntas frecuentes que suelen darse entre los fumadores que se plantean un tratamiento de implantes dentales.

1 ¿Cómo afecta el tabaco a la salud bucodental?

Cuando se habla de tabaco normalmente se piensa en los perjuicios que provoca a nivel respiratorio o las posibles implicaciones que puede tener en relación al cáncer de pulmón. Pero el tabaco es dañino en muchos otros aspectos, y la salud bucodental es uno de ellos.

Enfermedades como la periodontitis tienen relación directa con el consumo de tabaco, además de que éste provoca otras problemas como la halitosis.

Pero en lo que se refiere estrictamente a los implantes dentales, el mayor problema que plantea el tabaco es que es un elemento perjudicial en el proceso de cicatrización. Por lo tanto, cualquier intervención bucodental que requiera de este proceso puede verse alterada.

2 ¿Perjudica el tabaco a un tratamiento de implantes dentales?

Como ya se ha explicado en el punto anterior, la cicatrización de cualquier herida en la boca se ve comprometida por el consumo de tabaco. Cuando se tiene que colocar un implante es necesario realizar una pequeña incisión en la encía, y el tabaco va a dificultar que esa herida cierre como es debido. El resultado más probable de una herida que no cicatriza correctamente es que termine por infectarse, con lo que los problemas se acrecientan cuando se da este caso.

Además, la capacidad del sistema inmunitario de hacer frente a dicha infección también se ve disminuida por el tabaco, con lo que todavía resulta más grave.

Por último, el fumador reduce la posibilidad de éxito del implante cuando continúa con su actividad, porque la nicotina que contiene el tabaco afecta el proceso de osteointegración que lo fija, haciéndolo más frágil. Como consecuencia, los implantes que se llevan a cabo en pacientes fumadores que no abandonan el hábito tienen un mayor riesgo de resultar fallidos.

3 ¿Puedo ponerme implantes dentales si soy fumador?

El hecho de ser fumador no imposibilita que se puedan poner implantes, pero, como hemos visto, reduce en buena medida las posibilidades de que la intervención resulte como se espera.

El fumador, o bien puede asumir este riesgo, con la frustración y el coste económico que conlleva el fracaso de la intervención, o debe dejar de fumar el tiempo que le indique su odontólogo o implantólogo para garantizar que el proceso se lleve a cabo con normalidad.

¿Cómo afecta el tabaco a los implantes dentales?

4 ¿Qué ocurre si fumo después de ponerme un implante dental?

Reanudar el hábito de fumar después de haberse puesto un implante dental puede poner en peligro el éxito de la intervención, pero hay factores que pueden hacerlo más o menos probable.

Por un lado está la cantidad de cigarrillos que una persona consuma diariamente. Como es lógico, el impacto va a ser menor si se fuman uno o dos cigarrillos que si es una cajetilla.

Y por otro lado, un factor que también cuenta en la posibilidad de que el implante fracase es el periodo en el que se retome el hábito, siendo, cuanto más tarde, mucho mejor.

5 ¿Cuándo se puede fumar tras la colocación de un implante dental?

Aunque lo ideal es no hacerlo, si un paciente quiere retomar el tabaco, debe, como mínimo, esperar tres días desde la realización de la intervención.

Tres días es el mínimo ya que con la intervención tan reciente, el uso de tabaco inmediatamente posterior a ésta no haría sino reducir las posibilidades de que el proceso llegue a buen fin.

De cualquier modo, el periodo recomendado para volver a fumar es bastante más amplio, alrededor de dos meses tras la colocación de un implante. Se considera que el riesgo de fracaso en la osteointegración, pasado ese tiempo, es menor, aunque no inexistente. Cualquier fumador debe saber que, con independencia de cuando retome el hábito de fumar, está reduciendo sus posibilidades de que el implante se fije correctamente.

6 ¿Los fumadores deben tener una higiene bucal especial tras la colocación del implante?

Como ya se ha señalado, el tabaco tiene serias implicaciones en la salud bucodental. Dado que tras la colocación de un implante pueden producirse infecciones con mayor probabilidad en el caso de las personas que fuman, lo aconsejable, en el caso de que no se consiga dejar este hábito, es al menos extremar las medidas de higiene.

Esto no garantiza que puedan evitarse las complicaciones, pero al menos colaborará en reducir las posibilidades de que aparezcan. El cepillado frecuente y el uso de enjuagues bucales son indispensables, así como las visitas regulares al dentista.

Te invitamos a compartir este artículo sobre el tratamiento de implantes dentales en fumadores con aquellas personas de tu entorno a las que creas que les pueda venir bien conocer esta información.