Las alergias respiratorias pueden afectar a la salud oral. Aprende a reconocer sus síntomas y tomar las medidas necesarias para mantener una boca sana.
Las alergias respiratorias son provocadas por la intolerancia del aparato respiratorio a determinadas sustancias (alérgenos) como el polen, el polvo, los ácaros o el pelo de determinados animales. El organismo de una persona alérgica reacciona de manera desproporcionada contra estas sustancias provocando, entre otros síntomas, secreción de mucosidad e inflamación de las vías inflamatorias (está reacción será más o menos fuerte dependiendo del grado de alergia que presente cada persona), lo cual puede provocar dolor y sequedad bucal.
Dolor dental asociado a la alergia
Uno de los síntomas más comunes de la alergia es la sinusitis maxilar, que se produce como consecuencia de la congestión de los senos maxilares (al llenarse de mucosidad). Esta congestión puede provocar dolores de cabeza (preferentemente en la zona frontal) e incluso irradiarse y generar molestias en ojos, oídos y dientes.
Sequedad bucal y alergias respiratorias
Tanto la sinusitis como la rinitis alérgica (ver aquí diferencias entre ambas) pueden hacer que la persona afectada tenga dificultades para respirar por la nariz y tienda a hacerlo por la boca, lo cual puede provocar sequedad bucal. Y algo similar ocurre con otras alergias respiratorias, como el asma alérgica o la alveolitis alérgica, que mediante reacciones similares (en este caso más centradas en las vías respiratorias bajas) también pueden provocar dificultades al respirar y llevar al paciente a respirar por la boca.
Al disminuir la saliva (que entre otras funciones ayuda a regular el pH de la boca, amortiguar la acidez de algunos alimentos y dificultar la proliferación de bacterias), aumenta el riesgo de que aparezcan patologías bucodentales como caries, gingivitis o periodontitis, sobre todo si no se pone remedio a la sequedad oral y ésta se mantiene en el tiempo.
Cómo evitar problemas bucodentales derivados de la alergia
Las alergias respiratorias no dañan directamente los dientes, pero la reacción desproporcionada del organismo puede provocar problemas como los que se acaban de señalar: dolor dental y sequedad bucal, con el consiguiente riesgo de patologías orales derivadas.
La primera medida que debe tomarse para proteger la salud dental es el tratamiento de la propia alergia, si bien cabe recordar que algunos medicamentos para tratar las alergias, como por ejemplo los antihistamínicos, pueden provocar sequedad bucal.
De esta forma, durante las épocas en que se tenga alergia y/o se esté tratando, se recomienda tomar las siguientes medidas:
Mantener la boca hidratada
Beber agua con frecuencia ayuda a combatir la sequedad bucal y eliminar mucosidades que dificultan la respiración. Si con esto no es suficiente, consulta a tu dentista sobre otras medidas para tratar la boca seca (xerostomía).
Hacer gárgaras y usar sprays con agua de mar
Las gárgaras y los sprays nasales con agua salada u otros productos que te recomiende tu médico alergólogo ayudan a reducir la congestión de las vías respiratorias.
Reforzar la higiene bucodental
Mantener una adecuada higiene bucodental siempre es importante, pero cuando se tienen problemas de sequedad, es recomendable reforzarla todavía más. Por ello conviene cepillarse los dientes después de cada comida, no olvidar el uso diario de seda dental y utilizar irrigadores bucales para reforzar la higiene.
Visita a tu dentista
Si notas cualquier tipo de molestia o síntoma de patología bucodental no esperes a pedir cita con tu dentista. Cuanto antes lo hagas, más sencillo resultará el tratamiento. Y por supuesto, no olvides las revisiones periódicas aun cuando no tengas síntomas, ya que en ocasiones éstos pueden pasar desapercibidos para el paciente hasta que están en fases más avanzadas.
Te invitamos a compartir este artículo sobre alergias y salud bucodental con aquellos familiares y amigos a los que les pueda resultar de interés.