Conoce cómo puede afectar la depresión a la salud oral y algunos consejos para mantener tu boca en buen estado.

Probablemente la relación entre depresión y salud dental no sea muy intuitiva. Al hablar de los efectos de la depresión sobre la salud se tiende a pensar en otros más visibles, como puede ser el aumento de peso que se asocia a estados de ánimo bajos, en los que se busca la satisfacción inmediata que proporciona la comida; o en el sentido contrario, la pérdida de peso debida a un estado general de desgana, incluso para alimentarse.

Pero lo cierto es que en muchas ocasiones existe un vínculo y los efectos de la depresión en la salud bucodental pueden tener consecuencias perjudiciales. Veamos con mayor profundidad cómo se conectan ambas cuestiones.

¿Por qué depresión y salud oral están relacionadas?

Los efectos de la depresión se extienden a la mayoría de los ámbitos de la vida de quien la padece. Al tratarse con frecuencia de un estado de desgana casi permanente, la higiene bucal suele descuidarse.

Para quien experimenta esta enfermedad, la vida puede convertirse en algo carente de interés o sentido, y como consecuencia de ello dejan de realizarse un gran número de actividades que a primera vista no resultan imprescindibles.

El hecho de descuidar la salud bucodental no genera un estímulo de respuesta como podría hacerlo, por ejemplo, el dejar de ingerir alimentos. Por lo tanto, al no existir una respuesta fisiológica que impulse a ello, es bastante común que las personas que sufren depresión dejen de lado las prácticas de limpieza y cuidados dentales que antes llevaban a cabo como parte de su rutina.

El nexo entre depresión y salud bucal también puede establecerse por una cuestión hormonal. La depresión genera un aumento de la hormona cortisol en el torrente sanguíneo, y este hecho se relaciona con la aparición de enfermedades periodontales.

Y por último, también hay que tomar en consideración que la depresión como enfermedad suele conducir a hábitos perjudiciales en forma de gratificación inmediata o eliminación de la ansiedad.

Muchas personas, ante la depresión, incrementan su consumo de tabaco o de alcohol, e incluso pueden tratar de buscar refugio en las drogas para ocultar el dolor que experimentan. Todos estos hábitos son muy perjudiciales para la salud de la boca y, consecuentemente, terminan por afectar de forma seria si se prolongan en el tiempo.

Enfermedad periodontal como posible consecuencia de la depresión

Qué efectos produce la depresión en la salud de la boca

Difícilmente una persona que sufre depresión va a continuar prestando atención a la calidad de su dieta. 

En ese estado mental lo más frecuente es que o bien se coma de forma descontrolada para calmar la ansiedad y obtener un placer efímero que mitigue el sufrimiento o que, por el contrario, la alimentación pase a ser únicamente un trámite que se lleva a cabo para sobrevivir, pero sin tomar en consideración si lo que se ingiere es adecuado o no para la salud.

La dieta es lo que determina que el organismo reciba los nutrientes necesarios para su buen funcionamiento general, y una dieta inconsistente provoca la falta de algunas vitaminas y minerales que son necesarias para que la salud bucal sea la adecuada.

En el caso de que se esté bajo tratamiento, éste puede consistir en la administración de medicamentos antidepresivos, los cuales tienen ciertos efectos secundarios que pueden afectar a la secreción de saliva.

Teniendo en cuenta que la saliva es la encargada de arrastrar los alimentos que quedan atrapados en las piezas dentales, una menor cantidad de ésta favorece que los restos se acumulen y la caries haga su aparición.

Como ya hemos explicado, es muy común que ante un estado depresivo la higiene dental se descuide, y esto va a provocar, antes o después, la aparición de placa dental y gingivitis. El mal aliento es también una consecuencia de la falta de higiene bucal, con el agravante de que éste puede afectar la actividad social de la persona y generar un círculo vicioso por el que el rechazo que la persona siente por parte de los demás a causa de este problema afecte su autoestima y agrave el cuadro depresivo.

Consejos y medidas que deben tomarse

Como es lógico, si es la depresión la causa raíz de esta falta de higiene debe tratarse el problema principal en primer lugar.

Además es importante no olvidar las revisiones bucodentales periódicas (al menos una vez al año), o acudir al dentista ante cualquier síntoma, para poder detectar y tratar precozmente cualquier problema. Es probable que tu odontólogo te recuerde las serias consecuencias que puede tener el hecho de descuidar la higiene de la boca e insista en la necesidad de que se mantengan los hábitos de higiene adecuados.

El cepillado frecuente (al menos dos veces al día), la eliminación de las bebidas carbonatadas que contienen mucho azúcar y el cuidado de la dieta, con abundancia de productos naturales y limitación de productos precocinados, son hábitos que pueden ayudar a que la enfermedad periodontal y la caries no aparezcan.

Como hemos visto, los efectos de la depresión en la salud oral pueden ser importantes, y por tanto hay que tratar de luchar contra esa desgana que lleva a descuidarla y mantenerse firmes en las buenas prácticas, si no queremos que cuando el problema de la depresión se haya solucionado, tengamos que afrontar otro relativo al estado de nuestra dentadura.

Te invitamos a compartir este artículo sobre depresión y salud oral con aquellas amigos y familiares a los que les pueda servir de ayuda.