Conoce qué es el síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular o ATM, sus síntomas, causas y tratamientos.

Los seres humanos tenemos una pareja de articulaciones temporomandibulares. Están situadas a ambos lados de la cabeza, justo delante de los oídos, y actúan como una bisagra deslizante entre el maxilar inferior o mandíbula y el cráneo (los conecta), permitiéndonos hablar, masticar y bostezar, por lo que sus alteraciones, cada vez más comunes, causarán problemas en estas áreas.

Dichas alteraciones se engloban bajo el término síndrome de la articulación temporomandibular (también llamada ATM). A continuación, vamos a ver su síntomas y causas más frecuentes, así como sus posibles tratamientos.

Síntomas del síndrome de disfunción de la ATM

Los síntomas de la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) pueden variar ampliamente de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:

Dolor

El dolor es el síntoma más generalizado, el cual se manifiesta como sensibilidad o molestia en la mandíbula, alrededor de los oídos, e incluso puede extenderse hacia la cabeza, el cuello y los hombros. De hecho, en ocasiones se confunde con otitis y jaquecas. Además, el dolor suele agudizarse al masticar, al hablar y al abrir ampliamente la boca, como, por ejemplo, cuando bostezamos.

Limitaciones mecánicas (disfunción de la ATM)

Los pacientes pueden experimentar problemas al abrir la boca, lo que se manifiesta como una sensación de traba, limitación o bloqueo en el movimiento mandibular. Esta dificultad con frecuencia viene acompañada de sonidos de chasquido, crujido e indica un problema funcional en la articulación. Mencionar que estos sonidos no siempre están asociados con dolor.

Otra sintomatología

Además, se pueden presentar otros síntomas como cansancio en los músculos faciales, una aparente desalineación de los dientes al cerrar la boca, y en algunos casos, mareos. Esta sintomatología contribuye a una sensación general de malestar y puede afectar significativamente la calidad de vida de la persona.

Debemos tener en cuenta que los síntomas del síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular pueden ser intermitentes o constantes y pueden variar en intensidad de leves a severos.

El dolor es el síntoma más generalizado del síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular.

Causas del síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular (ATM)

Las causas de la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) pueden ser variadas y complejas, ya que esta condición puede ser el resultado de problemas en los músculos de la mandíbula, la propia articulación, o una combinación de ambos. Así, aunque las causas no están bien definidas, sí se han identificado algunas situaciones:

Desgaste de la articulación

El desgaste del disco articular, que actúa como amortiguador entre el hueso temporal y la mandíbula, podría provocar desplazamiento o desalineación del propio disco, interfiriendo con la función normal de la articulación. Además, este desgaste puede llevar a cambios artríticos en las superficies óseas de la articulación temporomandibular, incluyendo la formación de osteofitos (espolones óseos) y la reducción del espacio articular, lo que puede limitar aún más el movimiento y causar dolor.

Problemas dentales o de mordida

Las anomalías en la mordida o problemas bucales, como la falta de piezas dentales, alteran la alineación normal de la mandíbula, pudiendo conducir a disfunción de la ATM. Decir también, que tratamientos de ortodoncia mal ejecutados o restauraciones e implantes que no replican adecuadamente la mordida original podrían alterar la mecánica mandibular, destacando la importancia de acudir a clínicas dentales de confianza.

Traumatismos en la zona

Golpes directos o lesiones en la mandíbula, el cuello o la cabeza podrían provocar trastornos en la articulación temporomandibular. Los efectos de los traumatismos pueden no ser evidentes inmediatamente y los síntomas pueden desarrollarse con el tiempo, a medida que la estructura dañada de la articulación o los músculos circundantes empiezan a afectar a la función normal de la ATM, lo que subraya la importancia de una evaluación y tratamiento tempranos después de una lesión.

Bruxismo

El estrés puede llevar a hábitos como apretar o rechinar los dientes (bruxismo), lo que implica una presión adicional sobre las articulaciones temporomandibulares, contribuyendo al desarrollo del síndrome. Además, es importante destacar que el bruxismo suele manifestarse como una actividad inconsciente durante el sueño, complicando su manejo.

Artritis y enfermedades del tejido conectivo

La osteoartritis o la artritis reumatoide, puede afectar a la articulación temporomandibular provocando la degeneración del cartílago que facilita el movimiento suave entre las estructuras de la articulación. Además, ciertas enfermedades del tejido conectivo que impactan en la ATM pueden alterar su funcionamiento y estructura.

Malos hábitos posturales

Mantener una postura inadecuada, especialmente al estar sentado por largos períodos de tiempo frente a un ordenador o al usar dispositivos móviles, puede generar tensión en los músculos del cuello, los hombros y la cara. Esta tensión se puede extender a las articulaciones de la ATM, contribuyendo a desequilibrios musculares y alteraciones en la forma en que se mueve la mandíbula.

Es importante destacar que, en muchos casos, no se puede identificar una única causa, siendo el resultado de una combinación de factores.

Tratamiento del síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular

La férula de descarga es una de las mejores opciones en el tratamiento del síndrome de disfunción de la ATM.

El tratamiento para la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) varía según la gravedad y la causa subyacente de los síntomas. Generalmente, se busca aliviar el dolor, restaurar la función normal de la mandíbula y prevenir daños futuros a la articulación. Las opciones de tratamiento pueden incluir enfoques conservadores, terapias y, en casos menos comunes, procedimientos quirúrgicos:

Enfoques conservadores

Los enfoques conservadores para el tratamiento de la disfunción de la articulación temporomandibular comprenden prácticas de autocuidado, como aplicar calor o frío en la zona afectada, evitar movimientos mandibulares extremos, tales como bostezar ampliamente o masticar chicle, y realizar ejercicios de relajación que ayudan a aliviar los síntomas.

Asimismo, se pueden recomendar determinados medicamentos, entre los que se encuentran analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), o relajantes musculares para reducir el dolor y la inflamación.

Terapia física, férulas y técnicas de relajación

Las terapias para la disfunción de la ATM abarcan desde terapia física, con ejercicios para fortalecer y estirar los músculos de la mandíbula, técnicas de relajación y masajes, hasta el uso de férulas de descarga diseñadas a medida para corregir la mordida y reducir el rechinamiento o apretamiento de los dientes (bruxismo), siendo ésta una de las mejores opciones.

La terapia cognitivo-conductual también puede resultar beneficiosa para manejar el estrés y otros hábitos que contribuyen a la disfunción de la ATM.

Procedimientos quirúrgicos

En situaciones en las que las opciones menos invasivas no han sido efectivas y el daño a la articulación es severo, pueden considerarse procedimientos quirúrgicos.

Estos incluyen inyecciones de corticosteroides para aliviar el dolor y la inflamación, inyecciones de toxina botulínica para relajar los músculos tensos, artrocentesis para mejorar la función de la articulación mediante la inserción de agujas que lavan el interior de la articulación, y, como última opción, cirugías más invasivas como la reparación del disco articular o la cirugía de reemplazo de la articulación.

Ejercicios específicos que suelen recomendarse

Algunas de los ejercicios específicos que suelen recomendarse con más frecuencia son los siguientes:

En primer lugar, para reducir las molestias de la mandíbula, es bueno abrir la boca lentamente (hasta donde duela), evitando que se desvíe la mandíbula a los lados. Sólo debe haber movimientos hacia delante y hacia atrás -no debería moverse hacia los lados. Repetir 10 veces.

Por otro lado, es necesario mantener una buena posición de descanso. Para ello hay que cerrar la boca, colocar la lengua pegada al paladar y respirar por la nariz, posición natural de la mandíbula. La lengua tiene que quedar pegada al paladar, los dientes separados y los labios juntos. Esta postura debe utilizarse a diario.

Es igualmente importante aprender a relajar los músculos faciales. Con este fin, es muy útil colocar el puño bajo el mentón y empujar levemente hacia arriba. Después, abrir un poco la boca -más o menos un dedo de grosor- manteniendo la presión hacia abajo durante 10 segundos. Por último, retira el puño y cierra la boca. Repetir 10 veces.

Por último, también es aconsejable corregir el movimiento. Para ello hay que colocar la lengua sobre el paladar, ubicar los dedos en el mentón, el índice arriba y el pulgar abajo (puede hacerse con las dos manos) y aplicar una ligera resistencia mientras abres y cierras la boca. Repetir 10 veces.

Conclusiones sobre el síndrome de disfunción temporomandibular o ATM

El síndrome de disfunción de la articulación temporomandibular se refiere a una variedad de trastornos que afectan a las articulaciones temporomandibulares, convirtiéndose en un problema cada vez más frecuente, dado que entre sus causas se encuentran problemas tan habituales actualmente, como el bruxismo.

Su sintomatología es diversa y en el caso de detectarla, destacando especialmente el dolor persistente en la mandíbula y alrededor de los oídos, así como las dificultades al mover la boca, es primordial acudir al dentista. La detección precoz de estos trastornos permite acceder a una variedad de tratamientos efectivos, que no sólo ofrecen alivio sintomático, sino que también pueden revertir el daño y ayudar a prevenir el síndrome en el futuro.

Post actualizado. Primera versión publicada el 06/06/2018.

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