El médico romano Scribonius Largus hizo grandes aportaciones a la higiene dental del siglo I de nuestra era. La fórmula original de la pasta dentífrica contenía una mezcla de vinagre, miel, sal y cristal machacado.

Se han encontrado datos de que  hace unos 4.000 años, en Egipto antiguo, la realeza utilizaba para limpiarse los dientes una sustancia llamada «clister«, elaborada con piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, agua, uñas de buey, cáscara de huevo y mirra.