Conoce los tipos de anestesia dental y sedación en odontología para acudir a realizarte los tratamientos con mayor tranquilidad.

Acudir a la consulta del dentista es una acto que genera una gran ansiedad e incluso miedo en algunas personas, lo cual puede deberse a diferentes motivos: son pacientes de cierta edad que asocian ir al dentista con épocas pasadas en las que el control del dolor no se cuidaba como ahora, tienen una baja tolerancia al dolor y alguna vez han sufrido molestias durante algún procedimiento, no se han acostumbrado desde niños a acudir al dentista con normalidad, tienen miedo a las agujas, han tenido objetivamente alguna mala experiencia con algún profesional actual que no ha tenido el cuidado necesario, han desarrollado directamente una fobia al dentista, etc.

En este punto el paciente debe saber que hoy en día acudir a un dentista no es sinónimo de dolor. Puede ser incómodo o molesto en algún momento, pero siempre de manera controlada, ya que en función del perfil del paciente y del tipo de intervención el dentista tiene opciones para que incluso las personas con más ansiedad y menor tolerancia al dolor puedan acudir con tranquilidad a la consulta.

Por este motivo la sedación o anestesia es un elemento importante en muchas intervenciones, ya que permite minimizar las molestias todo lo que sea necesario y que el paciente pueda estar más relajado en cuanto a la idea de someterse a ellas.

Ahora bien, precisamente porque unos procedimientos son más invasivos que otros, se aplican diferentes tipos de sedación. Vamos a ver qué tipos de anestesia dental y sedación existen y cuáles son sus particularidades.

Tipos de anestesia y sedación según su intensidad

En primer lugar hay que señalar que, además del tipo de operación que vaya a llevarse a cabo, el odontólogo ha de valorar también la historia clínica del paciente y su tolerancia al dolor. Solo desde el conocimiento de su situación de salud, características personales y observando su comportamiento en consulta se puede decidir acertadamente acerca de qué tipo de sedación o anestesia es aconsejable en cada caso.

De menor a mayor intensidad, estas son las opciones que manejará el dentista:

Anestesia local:

Elimina el dolor adormeciendo los nervios del área tratada. Aun así el paciente puede notar el instrumental empleado y mantiene plena consciencia en todo momento. La administración de la anestesia local mantiene la zona con sensibilidad muy reducida durante horas, lo que puede generar ciertas molestias y dificultad en el habla durante el periodo posterior a la intervención realizada. Este es el tipo de anestesia más común en procedimientos menores.

Sedación consciente

En los casos en los que no solo se pretende eliminar el dolor, sino que se busca reducir el nivel de ansiedad, se suele proceder a sedar al paciente. Hay personas que pueden presentar un cuadro de ansiedad extremo si la intervención resulta muy larga, y para evitar que haya que interrumpirla por su falta de colaboración se procede a sedarlos.

La sedación no les hace perder la consciencia, pero sí que la puede reducir de forma significativa. Dependiendo del nivel de sedación que se pretenda conseguir y de la preparación del profesional en esta materia, puede optarse entre sedación inhalatoria y sedación intravenosa.

La primera se administra a través de una mascarilla que emite óxido nitroso, permitiendo que el paciente entre en un estado de relajación importante, mientras que la segunda implica que por medio de una vía se inyecte en el torrente sanguíneo algún tipo de medicamente de efecto tranquilizante.

Anestesia General

Se utiliza solo en casos extremos, y además requiere de un especialista que monitorice las constantes vitales y administre la dosis correcta.

Evidentemente no es el procedimiento estándar y solo se valora en casos muy concretos, como cuando se trata de intervenciones que requieren corregir deformidades maxilofaciales, cuando hay que colocar implantes o si hay que extraer una muela del juicio de difícil acceso.

Al igual que en cualquier intervención quirúrgica, esta anestesia deja al paciente con una pérdida total de consciencia, y por lo tanto, en los casos en los que se considera que es la opción adecuada, debe llevarse a cabo en un entorno hospitalario que permita las mayores garantías de seguridad y la presencia de personal especializado.

Paciente sedada en consulta.

Qué tipo de sedación es la más habitual

Teniendo en cuenta que la anestesia general solo está indicada en casos muy concretos, la gran mayoría de casos que se abordan en una consulta odontológica requieren el uso de anestesia local o sedación consciente.

Existen varios tipos de fórmulas que permiten lograr los objetivos que se buscan en cada momento. En algunos casos se emplean inyecciones, en otras fármacos, anestésico dental en spray o mascarillas de óxido nitroso. Y muchas veces el especialista opta por una combinación de diferentes fórmulas.

El conocimiento de la problemática a tratar, la condición psicológica del paciente ante el tratamiento que se requiere y su historial clínico serán los aspectos que determinarán la elección del sistema más adecuado en cada caso.

Tratamiento psicológico para la fobia dental

Finalmente conviene señalar que es posible entrenarse psicológicamente para controlar mejor el miedo o la ansiedad desproporcionada que en algunas personas despiertan los tratamientos dentales. 

Te invitamos a compartir este artículo sobre los tipos de anestesia dental y sedación en odontología con tus familiares y amigos a los que el dentista les genera especial miedo o ansiedad.