La caries es una enfermedad bucodental muy frecuente que si no se trata deriva en muchos de los problemas bucodentales más habituales.
Caries: qué es y cómo se diagnostica
La caries es una enfermedad infecciosa de origen microbiano que afecta a los dientes.
Determinados microorganismos presentes en la placa dental (sobre todo estreptococos del grupo mutans, Lactobacillus sp. y Actinomyces sp.) metabolizan los azúcares que quedan en la boca tras ingerir los alimentos y producen ácidos que desmineralizan el esmalte.
Si no se detiene el proceso, esta enfermedad avanza destruyendo completamente el esmalte, hasta terminar afectando a todas las estructuras del diente, que muere si la caries alcanza al nervio (necrosis pulpar).
Además, puede extenderse a estructuras próximas al diente afectado, pudiendo provocar infecciones y pérdida de las piezas dentales adyacentes.
Para diagnosticar la caries los odontólogos cuentan con diferentes estrategias y dispositivos:
• Síntomas que manifiesta tener el paciente.
• Exploración visual del diente apoyándose en lupas, espejos, cámaras intraorales, microscopios, etc.
• Radiografías.
• Indicadores de caries.
• Diagnóstico con láser.
• Transiluminación dental: permite generar una imagen digital de alta resolución que es visualizada en un monitor.
Tipos de caries
Existen diferentes tipos de caries. Podemos distinguir entre:
Caries de corona: La parte superior de la corona es la que realiza la función de masticar, y por tanto la más expuesta. Estas caries se detectan fácilmente ya que una vez que los daños afectan a la superficie del esmalte puede verse el cambio de color del diente. Aparecen con más frecuencia en niños.
Caries interdentales: como su propio nombre indica aparecen en el espacio que existe entre los dientes, el cual es propicio a la acumulación de restos de alimentos. Pueden pasar desapercibidas si no se acude a revisiones de forma regular, ya que por su localización no se tiene acceso visual.
Caries radicular: aparece en la línea de las encías, y se debe a una desmineralización de los dientes. Es más frecuente en personas de cierta edad.
Caries recurrentes o secundarias: son aquellas que se forman en torno a los empastes o fundas En estas áreas es fácil que acumulen bacterias. También pueden aparecer porque la caries que ocasionó la implantación de dichos empastes no haya quedado bien curada.
Causas, síntomas y factores de riesgo
Hay multitud de factores que pueden inducir a la aparición de caries, pero sin lugar a dudas la causa más frecuente es la exposición prolongada a azúcares y ácidos que están presentes en ciertas bebidas y alimentos; lo cual suele relacionarse con una higiene dental insuficiente y/o ingesta excesiva de alimentos azucarados o ácidos.
Sin embargo no pueden dejarse de lado otras razones que, aunque menos habituales, también colaboran en que las caries se desarrollen: una determinada anatomía de la dentición que haga más propicia la acumulación de placa, problemas de apiñamiento dental, presencia de determinadas bacterias, un Ph más bajo en la saliva, sequedad bucal, edad, reflujo gástrico, falta de flúor, etc.
Algunos síntomas que ayudan a detectar la presencia de caries son:
• Cambio de color de la superficie del diente como consecuencia de daños en el esmalte.
• Mal aliento
• Dolor
• Mal sabor de boca
• Sensibilidad al masticar
Consecuencias de no tratar la caries
Lo normal es que si la persona percibe molestias acuda al odontólogo. Pero en ocasiones, ya sea por temor o por dejadez, el tratamiento de la caries se va demorando y el paso del tiempo da lugar a cada vez mayores complicaciones.
Si no se trata la caries, ésta no se detiene, y continúa su proceso destructivo hasta el interior del diente, lo que termina por afectar a los nervios que se encuentran en su interior. El resultado final es que la persona termina por padecer toda una serie de perjuicios que pueden ir desde dolor intenso hasta la rotura o incluso pérdida de la pieza dental, pasando en algunos casos por infecciones bacterianas que pueden provocar la aparición de abscesos y daños en estructuras adyacentes, con sus correspondientes complicaciones.
Además, cabe mencionar que cada vez hay más evidencias de que las infecciones en la boca pueden estar relacionadas con otras patologías que quizás no habías imaginado: diabetes, enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, enfermedades pulmonares, alteraciones digestivas, etc.
Es importante resaltar que la prevención juega un papel fundamental a la hora de evitar estos problemas. Una buena higiene bucodental y acudir al dentista ante cualquier síntoma colabora en gran medida a que el problema de la caries no se desarrolle hasta estos estadios más avanzados.
Consejos para prevenirla
Entre los consejos más frecuentes que los dentistas ofrecen para la prevención de la caries podemos destacar los siguientes:
• Cepillarse los dientes adecuadamente al menos dos veces al día, utilizando un dentífrico con flúor.
• Usar hilo dental para remover los trozos de comida que hayan podido quedar atrapados entre los dientes.
• Usar un enjuague bucal recomendado por tu dentista.
• Cambiar el cepillo dental con frecuencia para asegurarse de que mantiene su eficacia.
• Acudir a revisiones periódicas que permitan detectar la existencia de caries en fases tempranas.
• Pedir cita con tu odontólogo ante cualquier síntoma que permanezca durante varios días.
• Reducir al máximo el consumo de bebidas / comidas azucaradas.
• Evitar comer o beber con demasiada frecuencia a lo largo del día, sobre todo si no hay posibilidad de cepillarse los dientes posteriormente.
• Llevar a cabo una dieta sana, en la que abunden frutas y verduras.
• Eliminar alcohol y tabaco.
Aunque pueda parecer que algunos de estos consejos son difíciles de llevar a cabo, lo más probable es que una vez se adquieran los hábitos, no haya problema en mantenerlos. Es frecuente que durante las primeras semanas resulte todo más complicado, pero si se piensa en los beneficios que tiene prevenir -o tratar a tiempo- la caries y los problemas bucodentales en general, posiblemente ayude a conseguirlo: evitar tratamientos dentales más complejos y costosos en el futuro, mejor estética, mejor salud de todo tu organismo, etc.
La caries puede parecer un problema menor hasta que se padecen sus efectos de forma seria. Por ello es mejor hacer un pequeño esfuerzo y mentalizarse de la importancia de adquirir costumbres saludables que no lamentarse posteriormente cuando ya no tiene remedio.
Tratamiento de la caries
El tratamiento para la caries debe iniciarse lo antes posible, una vez se haya detectado su presencia.
Puede llevarse a cabo mediante diversas fórmulas, que sobre todo van a depender de la gravedad de la caries y situación particular del paciente:
Tratamiento con flúor
En el caso de que la caries sea detectada en una fase muy incipiente este tratamiento puede ayudar a restaurar el esmalte e incluso revertir la caries. Puede basarse en un gel, líquido, espuma o barniz con una alta concentración de flúor que se aplica al diente.
Empaste
Es la opción de tratamiento más frecuente. Consiste en eliminar la parte del diente que ha sido dañada por la caries y sustituirla por un material de resina que le permita recuperar su funcionalidad.
Coronas e incrustraciones
Cuando las reparaciones que se precisan son mayores se puede optar por incrustaciones dentales o, si hay un grado muy elevado de destrucción en la pieza, por una corona que cubra todo el diente y le proporcione protección.
Endodoncia.
Si la caries alcanza la parte interna del diente (pulpa), probablemente será necesaria una endodoncia, que es un tratamiento que tiene como objetivo reparar y conservar un diente muy dañado o infectado para evitar su extracción. Para ello se extrae la pulpa del diente enfermo y se reemplaza con un empaste. En ocasiones se aplican fármacos en el canal radicular para limpiar la infección.
Extracción de dientes
Algunos dientes tienen caries tan importantes que no pueden restaurarse y deben extraerse. Al quedar un hueco es posible que los dientes adyacentes se desplacen, lo cual a su vez puede originar otros problemas. Por ello suele considerarse la colocación de un puente o un implante dental que sustituya a la pieza perdida.
Te invitamos a compartir este artículo sobre la prevención y el tratamiento de la caries con tus familiares y amigos.